El envejecimiento es un proceso complejo y multifactorial que resulta de la acumulación de varios cambios funcionales y estéticos en el organismo que se producen con el paso del tiempo, y por supuesto que la piel también se ve afectada por estos cambios.
Factores que influyen en el envejecimiento prematuro
Existen factores intrínsecos y extrínsecos, El envejecimiento intrínseco o el envejecimiento biológico es un proceso inevitable, genéticamente determinado, que progresa lentamente a medida que avanzamos en edad, pero puede acelerarse por factores ambientales.
El envejecimiento extrínseco se produce como resultado de la exposición diaria a los radicales libres procedentes de fuentes variadas tales como: exposición a la radiación ultravioleta, al humo de tabaco y a la contaminación. Estos radicales libres dañan lípidos, proteínas y ADN, lo cual limita la capacidad de las células para funcionar y para mantener su integridad.
De todas las causas extrínsecas, la que tiene más efectos negativos documentados sobre la piel es la exposición a la radiación ultravioleta. El 80% del envejecimiento de la piel del rostro se atribuye a exposición solar. Otros factores relevantes son la exposición al humo del tabaco y la contaminación. El consumo de tabaco aumenta la producción de radicales libres y puede disminuir la producción de colágeno y elastina. Los daños producidos por la contaminación sobre la piel aumentan también la producción de radicales libres e incrementan los efectos de la radiación ultraviolenta.
Años de estrés ambiental acumulado en las estructuras celulares tienen como resultado un envejecimiento prematuro de la piel.
¿Cómo puedo cuidar la piel de mi rostro para prevenir el envejecimiento prematuro?
Además de protegernos con el uso adecuado de protector solar, el consumo de alimentos ricos en antioxidantes o de vitaminas antioxidantes es una de las mejores estrategias para lucir una piel más joven y sana.
La Vitamina E
Es un nutriente esencial que tiene múltiples funciones en el organismo. Entre ellas, destaca su papel como antioxidante, es decir, como protector de las células frente al daño causado por los radicales libres. Los radicales libres son moléculas inestables que se generan en procesos metabólicos normales o por factores externos como la contaminación, el tabaco o la radiación. Estas moléculas pueden alterar el ADN, las proteínas y los lípidos celulares, lo que se asocia con el envejecimiento y diversas enfermedades crónicas.
El rol antioxidante protege la piel de los efectos nocivos de los rayos UV y previene la formación de arrugas.
Vitamina C
Los problemas de la piel, como la sequedad, son una condición común en invierno y en verano. La vitamina C es excelente para la piel, ya que ayuda a reducir la deshidratación de la dermis y las arrugas, manteniendo la piel húmeda y retrasando el proceso de envejecimiento. Además, la vitamina C mejora el flujo sanguíneo por lo que favorece la oxigenación y la nutrición de la piel. Como dato, la vitamina C ayuda a que tu organismo fabrique su propio colágeno.
Colágeno
El colágeno es una proteína que se encuentra en la dermis, la capa media de la piel. Le confiere su firmeza, elasticidad y resistencia, también ayuda a la cicatrización de las heridas y a la regeneración de los tejidos dañados. El cuerpo produce colágeno, pero con el paso del tiempo se reduce la capacidad de generación, esto causa menos elasticidad de la piel y más arrugas. La buena noticia es que existen los suplementos de colágeno y puedes incluirlos en tu alimentación diaria de forma fácil y práctica.
Si bien el envejecimiento es un proceso biológico determinado e inevitable, que se produce lentamente en el cuerpo, el envejecimiento extrínseco si se puede prevenir. Evitar la exposición al sol, eliminar el consumo de tabaco y seguir una correcta nutrición, te ayudarán a prevenir el envejecimiento prematuro de la piel.