Para que mantengas un peso corporal óptimo y saludable, debe existir un equilibrio entre la energía que se ingiere y la energía que se gasta, mejor conocido como balance energético.
Este equilibrio alcanza un valor cuando mantenemos nuestro peso corporal.
En este necesario balance energético resulta positivo cuando la ingesta es mayor al gasto, y en uno negativo (condición necesaria para la pérdida de peso) cuando la ingesta es menor a la energía que se gasta.
Dicho lo anterior, queda en evidencia que para bajar de peso se debe producir un balance energético negativo, lo que se logra consumiendo menos energía de la que tu cuerpo necesita o gastando más energía.
Si la pérdida de peso frente a una dieta hipocalórica es mayor cuando es baja en grasa o baja en carbohidratos es otro tipo de pregunta.
Las dietas para bajar de peso a menudo recomiendan la restricción de carbohidratos o grasas, pero
¿Cuál es la proporción óptima de carbohidratos y grasas en la dieta para un tratamiento?
Esta es la pregunta del millón. Las dietas bajas en grasas fueron populares a finales del siglo 20, las dietas con restricción de carbohidratos han ganado popularidad en el último tiempo.
Un estudio realizado por Hall KD (1), comparó el efecto en la pérdida de preso y grasa corporal de dos dietas con el mismo aporte de energía (considerándose las hipocalóricas), pero una de ellas restringida en carbohidratos y la otra en grasas durante 6 días.
Durante ese tiempo, los pacientes vivieron en una sala metabólica donde se tuvo control estricto de la ingesta y la energía que gastaban.
Respecto a la pérdida de grasa, ambas dietas indujeron un balance negativo en grasa, el cual fue mayor con la dieta con menos grasas.
Las condiciones en este estudio estuvieron controladas, por lo que si se mantiene en el tiempo, puede llegar a ser más difícil que se mantenga una adherencia a la dieta.
Otros estudios
Estudios recientes concluyen que la dietas restringidas en carbohidratos tienden a superar a las dietas bajas en grasas en la pérdida de peso a corto y mediano plazo, en especial las dietas cetogénicas (mayor al 70% de la energía proveniente de la grasa).
Por otro lado, los individuos con sensibilidad insulínica adecuada parecen responder de manera similar a una dieta baja en carbohidratos o baja en grasas aquellos con isulino resistencia, intolerancia a glucosa o hipersecreción de insulina pierden más peso en una dieta baja en carbohidratos y alta en grasas.
La evidencia actual indica que ninguna proporción específica de carbohidratos o grasas es mejor para la población general.
Conclusiones
No todas las dietas y fuentes de calorías tienen efectos metabólicos similares en todas las personas.
Por lo tanto la atención debiese estar puesta en la calidad de la dieta, específicamente enfocada en el tipo de ácidos grasos consumidos y en reemplazar los carbohidratos altamente procesados (incluyendo azúcar y granos refinados) por carbohidratos no procesados (frutas enteras, vegetales, legumbres y granos enteros).
Y, si en conjunto a lo anterior damos un aporte hipocalórico, el resultado será un balance energético negativo, favoreciendo la baja de peso.