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Autor: All Nutrition

Publicado: 2025-10-06

Las limpiezas nasales en bebés son una práctica frecuente que muchos padres realizan cuando notan que sus hijos tienen congestión o dificultad para respirar. Debido a que las vías respiratorias de los más pequeños son estrechas y aún no saben sonarse la nariz, la acumulación de mucosidad puede causar molestias, especialmente al dormir o alimentarse.

En esta guía práctica encontrarás información clara y sencilla sobre qué son las limpiezas nasales, cuándo se recomienda realizarlas, qué beneficios aportan y con qué productos suelen hacerse, siempre con el enfoque de ser una orientación y no una instrucción médica cerrada.

 

¿Qué son las limpiezas nasales en bebés y para qué sirven?

 

La finalidad principal de este tipo de aseo nasal en bebés es favorecer una respiración más libre y cómoda. Cuando las fosas nasales están despejadas, los pequeños pueden alimentarse mejor y descansar con mayor tranquilidad. Además, contribuye a prevenir complicaciones derivadas de la acumulación de secreciones.

Es importante señalar que estas limpiezas no sustituyen la atención médica. Se trata de un recurso de apoyo que puede ayudar, pero ante síntomas persistentes lo más recomendable siempre será consultar al pediatra.

 

Beneficios del aseo nasal en bebés

 

El aseo nasal en bebés aporta diferentes beneficios que se reflejan en el bienestar diario. Uno de los más destacados es la mejora en la respiración, lo que ayuda a que el bebé duerma mejor y tenga menos interrupciones durante la noche. Una respiración más fluida también facilita la alimentación, sobre todo en recién nacidos que necesitan succionar sin dificultad.

Otro de los beneficios es la reducción del riesgo de infecciones respiratorias. Al mantener despejadas las fosas nasales, se evita la acumulación de secreciones que pueden convertirse en un medio favorable para bacterias o virus.

Realizar un lavado de nariz en bebés de manera ocasional también puede favorecer la comodidad en climas secos o en épocas de alergias. Contribuye a mantener la mucosa hidratada y disminuye la irritación provocada por el aire seco o contaminado.

 

¿Cuándo es recomendable hacer un lavado nasal en bebés?

 

El lavado de fosas nasales en bebés no siempre es necesario, pero puede ser recomendable en momentos específicos. Una de las situaciones más comunes es durante los resfriados, cuando la acumulación de moco dificulta que el bebé respire de manera normal. También puede hacerse si el ambiente es muy seco, ya que la falta de humedad puede irritar la nariz.

Otra circunstancia frecuente en la que se utiliza el lavado nasal con solución salina en bebés es antes de dormir o de comer. Mantener la nariz despejada favorece que el pequeño succione mejor y que su descanso sea más reparador. Esto es especialmente útil en etapas tempranas, como el lavado nasal en bebés de entre 15 días a 3 meses, ya que su capacidad de respirar por la boca aún es limitada.

Es importante recordar que cada bebé es diferente. Mientras algunos requieren limpiezas nasales más frecuentes, otros solo lo necesitan de forma ocasional. En cualquier caso, si la congestión es persistente o existen otros síntomas, la recomendación es consultar al especialista.


¿Cómo hacer limpiezas nasales en bebés paso a paso?

 

El primer paso es preparar el lugar y contar con todos los elementos necesarios, como gasas,o solución salina. Es preferible que el niño esté recostado de lado o con la cabeza ligeramente inclinada.

El siguiente paso consiste en aplicar unas gotas de solución salina en una de las fosas nasales. Esto ayuda a ablandar y movilizar la mucosidad. Posteriormente, se puede dejar que salga de manera natural o retirarla suavemente con una perilla o aspirador, siempre sin ejercer demasiada presión.

Este procedimiento puede repetirse en la otra fosa nasal, pero siempre observando la reacción del bebé y deteniéndose si hay incomodidad. El objetivo no es forzar, sino favorecer una respiración más libre con un proceso simple y seguro.


¿Con qué hacer el lavado nasal en bebés?

 

Existen diferentes productos que pueden ayudar a realizar un lavado de manera segura. Uno de los más utilizados es la solución salina, que puede encontrarse en forma de monodosis o presentaciones adaptadas a la edad del niño. Este recurso es el más recomendado porque es suave y no irrita la mucosa.

Otra opción es el uso de un spray nasal especialmente diseñado para bebés. Estos sprays suelen tener aplicadores más delicados y permiten administrar la solución de forma controlada. También es común utilizar un aspirador nasal de bebé, que ayuda a retirar suavemente la mucosidad tras aplicar la solución salina.

En cualquier caso, no se recomienda improvisar con remedios caseros o líquidos distintos, ya que podrían ser irritantes o inseguros. Siempre es mejor optar por productos diseñados específicamente para bebés y consultar con el pediatra en caso de dudas.


Bibliografía

 

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