Si entre tus propósitos de año nuevo están el comer mejor, hacer ejercicio y comenzar a cuidar tu salud con suplementos, pero no sabes cuales elegir, acá te compartimos una lista con nuestros favoritos.
¿Por qué tomar suplementos?
En la vida actual, donde el estrés, los malos hábitos de estilos de vida y la exigencia de rendimiento personal están tan presente en nuestra sociedad, el consumo y comercialización de suplementos ha sido un gran aliado para ayudar a mejorar el rendimiento físico y mental, no sólo en el ámbito deportivo si no también en el día a día.
Vitamina B12
Es una vitamina esencial, es de origen bacteriano y es vital para el correcto funcionamiento del sistema nervioso central. Esta vitamina es necesaria para la producción de mielina, una capa que cubre el cuerpo de las neuronas y sin ella la sinapsis y la transmisión de señales por medio de impulsos nerviosos se ve afectada y enlentecida. Un déficit prolongado de vitamina B12 puede ser factor de riesgo para la progresión de enfermedades como el Parkinson y el Alzheimer.
Creatina
Es una sustancia natural que se encuentra en el músculo esquelético y que participa en la producción de energía durante el ejercicio. Se ha estudiado que la creatina puede mejorar el rendimiento cognitivo y la salud cerebral de las personas mayores. La creatina es un componente esencial de la fosfocreatina, una molécula que almacena y transporta energía en el cerebro. La suplementación con creatina puede aumentar los niveles de fosfocreatina cerebral y mejorar el metabolismo energético neuronal, esto puede tener efectos positivos sobre la memoria, la atención, el aprendizaje y la prevención del deterioro cognitivo asociado al envejecimiento.
La evidencia revela que los deportistas que toman creatina, experimentan una menor incidencia de lesiones en comparación con aquellos que no complementan su alimentación con suplementación de creatina.
Dicha capacidad de regenerar lesiones, no sólo ayuda a la recuperación post ejercicio, sino también a la rehabilitación y a la neuroprotección de la médula espinal y a la conmoción cerebral en deportes de contacto.
Vitamina C
Es un nutriente hidrosoluble que actúa como cofactor en varias reacciones bioquímicas del organismo, como la síntesis de colágeno, la cicatrización de las heridas y la absorción del hierro. Asimismo, la vitamina C es imprescindible para el funcionamiento del sistema inmune, ya que estimula la producción y la actividad de los anticuerpos, los fagocitos y los interferones, que son moléculas que ayudan a combatir las infecciones. La vitamina C también tiene efectos antioxidantes, que protegen a las células del daño provocado por los radicales libres.
La deficiencia de vitamina C puede causar escorbuto, una enfermedad caracterizada por sangrado e inflamación de las encías, pérdida de dientes, anemia, debilidad muscular y mayor riesgo de infecciones. Por el contrario, un consumo adecuado de vitamina C puede prevenir y aliviar los resfriados comunes, acortando su duración
El Zinc
Es un mineral que participa en más de 300 reacciones enzimáticas del cuerpo, entre las que se incluyen la síntesis de proteínas, el metabolismo de los carbohidratos y la regulación de los genes. Además, el zinc es fundamental para el desarrollo y la función de los linfocitos, unas células del sistema inmune que se encargan de reconocer y eliminar a los microorganismos invasores. El zinc también tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, que contribuyen a reducir el daño celular causado por el estrés oxidativo.
La deficiencia de zinc puede provocar una disminución de la producción y la función de los linfocitos, lo que se traduce en una mayor susceptibilidad a las infecciones. Por el contrario, un aporte adecuado de zinc puede mejorar la respuesta inmune, reducir la duración y la severidad de los síntomas del resfriado común y prevenir las complicaciones derivadas de las infecciones respiratorias.