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Autor: Danahe Barrientos

Publicado: 2022-01-04

Se termina el verano y con la llegada del otoño comenzamos a preparar nuestro sistema inmunitario para las próximas estaciones. Si quieres conocer la relación entre la nutrición y el sistema inmune quédate a averiguarlo con nosotros. 


¿Qué es el sistema inmunitario?


El sistema inmunitario es un sistema de defensa que protege a los organismos de patógenos invasores, como virus o bacterias. Este comprende un grupo diverso de células inmunitarias. Estas a su vez se pueden dividir en términos generales en dos categorías principales según sus propiedades y mecanismos de defensa: células del sistema inmunitario innato y células del sistema inmunitario adaptativo.

 

Las células del sistema inmunitario innato, son la primera línea de defensa celular. Su modo de acción es generalmente rápido pero con especificidad limitada. 

 

En cambio las células del sistema inmunitario adaptativo, tienen un mayor nivel de especificidad, pero su activación es más lenta. Sin embargo, las células del sistema inmunitario adaptativo desarrollan memoria frente a los patógenos después de un primer enfrentamiento, y su velocidad y eficacia frente a un patógeno previamente enfrentado aumenta considerablemente durante un segundo encuentro.

 

La coordinación de las diferentes células inmunitarias y la regulación de su actividad es de vital importancia para montar una defensa inmunitaria eficaz.  Una dieta sana y equilibrada es fundamental para el correcto funcionamiento de cada parte de nuestro organismo, incluido este sistema tan importante.

 

Además, se ha descubierto que algunos factores dietéticos tienen propiedades inmunorreguladoras, incluidos micronutrientes como la vitamina D o macronutrientes como los ácidos grasos.

 

El impacto de los ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) de la dieta en el sistema inmunitario se ha investigado durante décadas, con especial énfasis en los ácidos grasos poliinsaturados omega-3, el ácido α-linolénico (ALA), el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). El ALA se encuentra en nueces y semillas, mientras que el EPA y el DHA son los principales componentes del aceite de pescado.


¿Cómo el Omega 3 regula el sistema inmunológico?

 

El Omega 3 es capaz de regular la respuesta inmune por diversas vías, ya que influye en el funcionamiento de distintas células inmunitarias, algunas de ellas son: 


  • Macrófagos: Se ha demostrado que el Omega 3 tiene un efecto sobre este tipo celular a través del aumento de la fagocitosis, una disminución de las citoquinas y el aumento de la polarización hacía el fenotipo M2. 
  • Neutrófilos: El Omega 3 se ha relacionado con el aumento de la producción de neutrófilos y el aumento de la fagocitosis de parte de este tipo celular. 
  • Eosinófilos: se ha relacionado con una disminución de la infiltración de este tipo de célula inmune.
  • Células dendríticas: Los ácidos grasos poliinsaturados se han asociado a una disminución de la presentación de antígenos por parte de estas células.
  • Células B: El Omega 3 en este tipo celular tiene una influencia sobre el aumento de su diferenciación. 
  • Células T: En este tipo de células el Omega 3 se ha relacionado con un aumento de la producción de IgM.

Además, el consumo de este tipo de ácidos grasos ayuda a modular la respuesta inflamatoria que está íntimamente relacionada con la funcionalidad del sistema inmune, ya que los PUFA son capaces de suprimir la síntesis de IL-1 y TNF-α, suprimen el factor activador de plaquetas (PAF) entre otros. 


Suplementación con Omega 3

Muchas veces no logramos consumir la cantidad suficiente de Omega 3 a través de la alimentación, es por esto que hay alternativas para cumplir con el consumo adecuado para mantener nuestra salud, una de las estrategias más utilizadas es la suplementación.

 

La suplementación con Omega 3 puede ser desde suplementos obtenidos del pescado o suplementos obtenidos de algas marinas. Estos aportan entre 700mg hasta 1200mg por porción de consumo, lo necesario para cumplir con nuestro requerimiento diario según edad, etapa fisiológica o la presencia de alguna enfermedad crónica como lo son las enfermedades cardiovasculares, ya que en estos casos la cantidad recomendada de Omega 3 puede aumentar.


Ahora que ya conoces qué es el sistema inmune, cómo se relaciona con la alimentación y cómo el omega 3 está relacionado con su funcionalidad, prepara tu sistema inmune para el invierno.

 

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Referencias bibliográficas:

  • Gutiérrez, S., Svahn, S. L., & Johansson, M. E. (2019). Effects of Omega-3 Fatty Acids on Immune Cells. International journal of molecular sciences, 20(20), 5028. https://doi.org/10.3390/ijms20205028
  • Maskrey, B. H., Megson, I. L., Rossi, A. G., & Whitfield, P. D. (2013). Emerging importance of omega-3 fatty acids in the innate immune response: molecular mechanisms and lipidomic strategies for their analysis. Molecular nutrition & food research, 57(8), 1390–1400. https://doi.org/10.1002/mnfr.201200723

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