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Actualmente encontramos muchos suplementos proteicos disponibles en el mercado, que pueden ser de distintas calidades y precios. Es por esto que en All Nutrition queremos enseñarte algunas características y tips para que que elijas siempre un producto de calidad y que te haga bien.
Primero debemos aclarar que los suplementos proteicos pueden ser elaborados a partir de distintas fuentes. Tenemos por un lado las proteínas de origen animal como la conocida whey protein (suero de leche) y las proteínas de origen cárnico. Por otro lado, tenemos proteínas de fuentes vegetales conocidas más como proteínas veganas y estás pueden ser de una sola fuente o bien una mezcla de diversos cereales y legumbres.
¿Qué tipo de proteína es mejor?
Muchas veces nos preguntamos qué tipo de proteína es mejor (Animal V/S Vegetal). La respuesta es: no hay buenas ni malas, ambos tipos ayudan a cumplir diversos objetivos como aumentar o mantener masa muscular o complementar la alimentación en procesos de baja de peso.
Por otra parte, se han realizado estudios científicos donde se ha comparado a largo y corto plazo el efecto de ambos tipos de proteínas y se ha concluido que ambos suplementos proteicos, es decir, de origen animal y vegetal, cumplen los objetivos planteados si se lleva una alimentación adecuada. Por lo que utilizar una proteína de origen animal o vegetal dependerá netamente de las preferencias alimentarias de quien las consuma, ya que en cuanto calidad y cumplimiento de objetivos, son muy similares.
¿Cómo elegir una proteína de calidad?
En el caso de las proteínas vegetales, lo ideal es seleccionar una opción que tenga más de una fuente vegetal en su composición. Esto nos permitirá consumir una proteína que cumpla con un perfil completo de aminoácidos, es decir, nos aportará aminoácidos no esenciales, esenciales y los conocidos BCAA (aminoácidos de cadena ramificada) que son esenciales para lograr nuestros objetivos.
En su aporte nutricional, lo ideal es que contenga al menos 20 gr de proteína por porción y con un bajo aporte de sodio y azúcares. Por otro lado, si tienes alguna necesidad especial como celiaquía o alguna intolerancia es importante que tengan la certificación que necesites de acuerdo con tu necesidad.
En cuanto a las proteínas de origen animal, las más utilizadas son las conocidas whey protein, estás son derivadas específicamente del suero de leche, por lo que una proteína de buena calidad debe cumplir con el perfil de aminoácidos de esta fuente, así nos aseguramos que estamos consumiendo un producto que no contiene aminoácidos sintéticos en su formulación.
Para lograr identificar esto, el producto este debe declarar su perfil de aminoácidos en su etiqueta y al ser revisado debe contener al menos 2,5 gr de leucina y 5 gr de glutamina por porción. Con estos datos podemos asegurar que el producto es 100% whey protein por lo tanto es de calidad.
En cuanto al aporte nutricional como tal, una proteína de buena calidad debe aportar entre 23 y 25 gr de proteína por porción y debe tener un aporte pequeño de azúcares y grasas, en el caso de proteínas aisladas algunas pueden llegar a no tener un aporte de estos últimos dos nutrientes, ya que al pasar por un proceso de aislado tienden a disminuir el aporte de grasas y carbohidratos.
Como en el caso de las proteínas de origen vegetal, si tienes necesidad especial como celiaquía o intolerancias, es importante que tengan la certificación necesaria según cada necesidad. Este tipo de certificaciones se puede encontrar en la parte frontal o trasera de las etiquetas de esta clase de productos.
Finalmente, pero no menos importante, es necesario mencionar que para elegir un producto de buena calidad debes realizar tus compras en lugares establecidos, que cuenten con certificaciones y en el comercio formal, ya que por el valor de estos productos puedes encontrar versiones falsificadas que no cumplen con la calidad y pueden ser un riesgo para la salud.
Ahora que ya conoces algunos datos que no sabías para elegir una proteína de buena calidad y que te sirva, en All Nutrition te invitamos a revisar los productos que consumes o realices una revisión antes de integrarlos en tu rutina diaria, pero especialmente con el apoyo de un profesional de la salud.
