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Autor: Karen Correa

Publicado: 2022-04-21

El sistema inmunitario tiene la función principal de proteger al organismo de las agresiones externas provocadas por microorganismos, alérgenos y agentes tóxicos. Dicho sistema tiene dos divisiones funcionales generales: el sistema inmune innato (también denominado natural) y el sistema inmune adquirido (también denominado específico o adaptativo).

 

  • El sistema inmune innato activa el sistema inmune adquirido en respuesta a las infecciones.
  •  El sistema inmune adquirido utiliza los mecanismos efectores de la inmunidad innata para eliminar los microorganismos.

 

Un sistema inmunitario que funcione bien es clave para brindar una buena defensa contra los organismos patógenos y brindar tolerancia a los organismos no amenazantes, a los componentes de los alimentos y a uno mismo.

 

Signos de alerta de un sistema inmunológico débil

 

El síntoma principal de un sistema inmunitario debilitado es la susceptibilidad a infecciones y otro de los signos comunes es sentirse muy cansado, lo que podría significar que algo está sucediendo con las defensas de nuestro cuerpo, ya que cuando nuestro sistema inmunológico se encuentra afectado, también lo hace nuestro nivel de energía.

 

 Esto se debe a que nuestro organismo está tratando de conservar energía para que el sistema inmune pueda combatir de forma más eficiente a los gérmenes.

 

Si bien es cierto que el cansancio y la falta de energía puede tener muchas causas, debemos estar atentos cuando este cansancio es continuo por ejemplo si ya al levantarnos por las mañanas nos sentimos muy cansados, o si ante pequeños esfuerzos acabamos agotados.

 

Energía e inmunidad

 

El sistema inmunitario está funcionando en todo momento, pero la inmunidad específica se vuelve cada vez más activa en presencia de patógenos.

 

Esto da como resultado un aumento significativo en la demanda del sistema inmunitario de sustratos y nutrientes para proporcionar una fuente de energía lista.

 

Esta demanda puede satisfacerse a partir de fuentes exógenas (es decir, de la dieta) y/o de reservas endógenas. Las células del sistema inmunitario pueden utilizar glucosa, aminoácidos y ácidos grasos como combustibles para la generación de energía que involucra portadores de electrones y una variedad de coenzimas, que generalmente son derivados de vitaminas.

 

El aporte excesivo de energía puede afectar a la capacidad del sistema inmunológico de combatir infecciones, por lo que la obesidad está ligada a una mayor incidencia de enfermedades infecciosas. Además, las personas obesas son más propensas a desarrollar enfermedades cardiovasculares que, a su vez, están relacionadas con alteraciones de la función inmunológica

 

Por otro lado, las personas desnutridas, por ejemplo, las que siguen regímenes de adelgazamiento desequilibrados o de menos de 1.200 calorías al día, presentan un mayor riesgo de contraer infecciones, porque las dietas pueden hacer disminuir la función inmunológica.

 

 

Sueño como regulador de sistema inmune y energía

 

El sueño tiene un papel importante en la regulación de las respuestas innata y adaptativa; el sueño alterado induce disminución de la inmunidad adaptativa y aumento de la innata.

 

El sueño es un proceso importante para el individuo, en particular para su cerebro; el sueño se requiere para que el sistema nervioso controle las respuestas ante estímulos externos y a su vez el cerebro regula el sueño para el bienestar del organismo. Algunas funciones del sueño propuestas por Stevens son consolidación de la memoria, conservación de la energía, restauración cerebral y regulación de la función inmune.

 

 Es por ello que, si presentamos un sueño alterado, esto debilitará a nuestro sistema inmune y por consecuencia disminuiría nuestra energía diaria.

 

Consejos para fortalecer nuestro sistema inmune y tener energía

 

Para empezar, hay que preocuparse de comer sano, dormir bien y hacer ejercicio a diario.

 

  • Consumir una dieta sana, equilibrada y variada, ayudará a proporcionarle a su cuerpo las vitaminas y minerales necesarios para una función inmune saludable. También puede consumir algún multivitamínico/multimineral que ayudará a restaurar los niveles saludables de micronutrientes en su cuerpo.

 

  • Hacer ejercicio con regularidad ,ayudará a mejorar la circulación y reducir el estrés , ambos factores relevantes para una función inmunológica saludable.

 

  • El sueño puede modificar la función del sistema inmune induciendo cambios en el eje hipotálamo-pituitaria-adrenal y el sistema nervioso simpático. Es por ello que se recomienda dormir mínimo 8 horas diarias, de esta forma fortaleceremos nuestras defensas y evitaremos sentirnos cansados y sin energía.

 

  • Reduce el estrés. Si consideras que realizar ejercicio regularmente y tener una rutina de sueño saludable no son suficientes para reducir tus niveles de estrés, puedes probar métodos de relajación tales como el yoga o meditación.

 

 

Referencias Bibliográficas

-Calder, P. (2013). Alimentar el sistema inmunológico. Actas de la Sociedad de Nutrición, 72 (3), 299-309. doi:10.1017/S0029665113001286

-Vilaplana i Batalla, M. (2022). Nutrición y sistema inmunitario. Retrieved 7 April 2022, from https://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-nutricion-sistema-inmunitario-X0213932415442091

-Rico-Rosillo, María Guadalupe, & Vega-Robledo, Gloria Bertha. (2018). Sueño y sistema inmune. Revista alergia México, 65(2), 160-170. https://doi.org/10.29262/ram.v65i2.359

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